domingo, 20 de septiembre de 2015

EL CONDE DE MONTECRISTO - Alejandro Dumas

Es un clásico de enorme poder de sugestión, a través de la figura del hombre solitario que, luego de sobrevivir a la injusta condena y la miserable prisión, regresa para hacer justicia. Retrato de época, romántico, crítico y social, por un genio del siglo XIX.

Alejandro Dumas quien mejor materializó esta idea con su obra inmortal El Conde de Montecristo. Para dar una idea clara de cómo consiguió convertir esta novela en paradigma de la venganza, es necesario retrotraerse al contexto en que escribió este autor.

El Conde de Montecristo es, en principio, la historia de una venganza.

El marino Edmundo Dantés es ascendido a capitán de El Faraón y está a punto de casarse con Mercedes. Sin embargo, el ingenuo Dantés no es consciente de cómo su buena fortuna repercute en las vidas de su círculo de allegados.

Danglars, jefe de cargamento de El Faraón, que envidia su ascenso, y Fernando, que ama a su prima Mercedes, denuncian falsamente a Edmundo Dantés de agente bonapartista. Y, aunque el fiscal Villefort está a punto de liberar a Dantés de los cargos de los que es objeto, la vinculación del caso en cuestión con su propio padre Noirtier, un partidario bonapartista a ultranza, le impelen a salvaguardar su carrera enviando en secreto a Edmundo Dantés al Catillo de If.

Durante su permanencia en prisión, el protagonista entra en posesión de los conocimientos teóricos y prácticos más avanzados de su tiempo gracias al abate Faria. Cuando se fuga de prisión, por vía novelesca, se convierte en uno de los hombres más ricos de la tierra. Su venganza, por tanto, no será ya sólo la venganza de un hombre agraviado, ni la venganza de ‘un intelectual agraviado’, sino la del dueño de un capital, de una fuerza de producción que habrá de invertir o dilapidar de una u otra manera.




VER: El Conde de Montecristo 1954



VER: La venganza del conde de Montecristo


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